sábado, 13 de noviembre de 2010

Los buenos directivos deben saber gestionar en todo tipo de entornos

Han pasado tres años desde que la tan “manoseada” crisis económica comenzó. De hecho, yo soy de los convencidos de que empezó a gestarse mucho antes y que la burbuja inmobiliaria no solo la acrecentó sino que, durante bastante tiempo, la ocultó. Por supuesto también ayudó el crecimiento del turismo del cual mucha gente se ha puesto medallas y muy poca ha reconocido lo mucho que ayudo la conflictiva situación política en todo el Mediterráneo, guerra de la antigua Yugoslavia incluida.
Pero analizar los porqués de la crisis no es el motivo de esta reflexión. En estos años han vuelto a renacer servicios que, en tiempos de bonanza tenían escaso éxito. En concreto quiero referirme al llamado “interim management”. Siempre había pensado que a un buen directivo le caracterizan tres cosas. La primera es su capacidad para pensar y ver a largo plazo, la segunda es la visión global del negocio y la tercera es la capacidad de hacer que las cosas ocurran. Pero creo que ahora debo añadir un corolario a la tercera. La capacidad de hacer que las cosas ocurran… en todo tipo de situaciones.  Me explicaré. Parece que de un tiempo a esta parte, muchos de los que habían sido considerados buenos directivos, cuando las cosas se han puesto difíciles, han tenido que ser sustituidos por otros que deben encargarse de devolver a la empresa a la senda de los buenos resultados. Estos directivos, que son capaces de tomar decisiones en momentos difíciles, normalmente son contratados por un espacio de tiempo determinado, se les contrata en régimen de interinidad y suelen ser considerados como “especialistas” en estos temas. En muchos casos, cuando la empresa se recupera, estos directivos la dejan en manos de otros, que deben responsabilizarse de gestionar un nuevo enfoque de futuro. Y aquí surgen una serie de cuestiones interesantes. ¿Los primeros directivos, los que solo sabían gestionar en entornos de crecimiento, de bonanza, eran realmente buenos?, ¿Un directivo típico de “interim management”, que solo sabe gestionar en entornos difíciles y luego debe ser sustituido cuando la empresa empieza a recuperarse, es realmente un buen directivo? Seguro que hay muchas opiniones distintas y muchas matizaciones a hacer, pero yo creo que un buen directivo debería ser capaz de obtener buenos resultados y gestionar en todo tipo de entornos. Un buen directivo de verdad, en épocas de bonanza, debería haber creado un buen y fiel equipo a su alrededor. Ese directivo, habría visto la magnitud de la crisis desde el principio y hubiera estado totalmente legitimado para tomar decisiones difíciles de forma rápida, antes de que fuera tarde y, en estos momentos, su empresa ya debería estar bien enfocada y el totalmente legitimado para seguir al frente. Un buen directivo de verdad, que asuma la responsabilidad de gestionar una empresa en crisis, debería ser capaz de tomar las decisiones difíciles que debe tomar y, al mismo tiempo, de poner las bases para enfocar el futuro a largo plazo de la compañía.