sábado, 30 de abril de 2011

Lo de los últimos días puede calificarse, sin duda, como el “espectáculo más bochornoso del año”

Definitivamente, ayer fue  un buen día para mi. De esos que, un poco, “me reconcilian de nuevo con la raza humana”. Por la mañana tuve la oportunidad de compartir una larga y enriquecedora conversación con Raul y Enrique de MRW logística y ex alumnos del IE. Hablamos largo y tendido sobre logística y venta por Internet. Sobre B2C, vaya. Fue enriquecedora para el intelecto y también para el espíritu. Además de constatar que el IE ha entrado claramente en un círculo virtuoso - que consiste en hacer las cosas de forma excelente, con ello atraer alumnos brillantes y esforzados y, de esta forma, enriquecer aún más su nivel de enseñanza y “sacar al mercado” profesionales aún mejores – fue esperanzador ver que, en las circunstancias actuales, hay profesionales y empresas que están innovando constantemente, creando riqueza a espuertas para sus accionistas y pensando en crecer aun más de lo que lo están haciendo, con proyectos internacionales. Un consuelo en los tiempos que corren.

Al tuve una “deliciosa” comida con dos amigos, Jose Ignacio y Teresa, que lo son desde la época del MBA85 del IESE. Fue una comida de esas en las que “arreglamos un poco el mundo” y, además, nos dio tiempo a hablar de posibles proyectos conjuntos de futuro, todo ello, con dos personas que se caracterizan entre otras cosas, por tener la cabeza muy bien amueblada y compartir un esquema de valores, de esos que cada vez se encuentran menos.

Por la tarde, “doble sesión de adrenalina” en las clases S1 y S2 del Executive MBA del IE. Son sesiones de esas que te “oxigenan las neuronas”, donde debates puntos de vista distintos sobre un determinado caso con una cuarentena de alumnos, todos ellos directivos competentes en sus respectivas empresas.

Por la noche, agradabilísima cena – tertulia con un reducido grupo de esos alumnos, hablando un poco de todo pero, sobre todo, de educación y de valores, al tiempo que degustábamos una muy buena cena de tapeo en Jose Luis

En conjunto, más de 19 horas – me había levantado a las seis de la mañana y llegué, cansado, a mi habitación del hotel pasada la una de la madrugada – en las que pude disfrutar de cosas interesantes, enriquecedoras y positivas.

Quizás si alguien lee esto, se pregunte porque destaco un día como este… Pues bien tengo que decir que el día no empezó del todo bien. Me desperté con la noticia de que en el mes de marzo el paro ha vuelto a subir batiendo records. Un muestra más, y ya son muchas, de que nuestro país va a la deriva, víctima de los políticos mentirosos e incompetentes que nos han gobernado en los últimos años y en muchos casos aún nos gobiernan. Víctima también, por que no decirlo,  de una sociedad anestesiada y descolocada que, en conjunto, aun no es consciente del lío en el que estamos metidos y, por lo tanto, no sabe muy bien que hacer para reaccionar.

Venía ya de unos días, para mi, muy decepcionantes. Me perdonarán los amigos y conocidos, fans de uno y otro equipo pero, si algún calificativo merece lo que he tenido la oportunidad de “contemplar” desde el miércoles a partir de las es el de “espectáculo más bochornoso del año”. Fue un pésimo partido de fútbol adornado eso si, con algunas pocas gotas de virtuosismo. Pero, por encima de eso fue, sobre todo, un auténtico “ejemplo” de vulgaridad, violencia e incitación a la violencia, mala educación, intento de engaño, cobardía y mezquindad. Todo ello “perpetrado” por los que se supone que debían demostrar que son los mejores del mundo y, eso seguro, cobran como si lo fueran. Vi el partido con mi hijo de 12 años al lado y sinceramente, como adulto, cerré el televisor totalmente avergonzado. Lo que paso después, esa misma noche y durante todo el jueves, reconozco que aún me deprimió más. Fue aún más lamentable. Los mismos protagonistas - por supuesto no esperaba más de ellos – y un montón de gente más, a la que tengo por inteligente y éticamente respetable, intentando justificar lo injustificable en medios de comunicación, en tertulias de todo tipo y en las redes sociales, la mayor parte de las veces con argumentos que ofenden a cualquiera que tenga la más mínima sensibilidad y dos neuronas en el cerebro, cuando no manipulando la información, para intentar demostrar que tenían razón.

Afortunadamente como digo, ayer las cosas fueron mejor…

martes, 26 de abril de 2011

Mejora radical y mejora continua

En el mundo de las organizaciones, hay dos grandes enfoques del concepto de mejora. El primero y el más asociado a la cultura occidental - latina es el que podríamos denominar como mejora disruptiva. La mejora disruptiva es aquella cuyo resultado es un cambio total en alguna de las características de la organización, de sus productos o servicios, de sus procesos o de su estructura organizativa y que suele tener un impacto económico muy importante. Está muy asociada al concepto del “héroe” que con una aportación, muchas veces proveniente de la inspiración y del esfuerzo personal, y contra el criterio de la mayoría, que fuerza un giro de 180º en una dirección determinada. Es cierto que en algunas organizaciones, fruto seguramente de no haber trabajado anteriormente el concepto de la mejora continua, existen fuertes barreras al cambio que bloquean su progreso. Suelen ser organizaciones excesivamente jerarquizadas, con productos o servicios muy maduros, sistemas de información obsoletos y procesos excesivamente rígidos que impiden cualquier evolución. En estos casos, vencer estas barreras, implica necesariamente cambios profundos y radicales que zarandeen la organización y la hagan moverse en uno u otro sentido. Cuando el estilo de mejora es este, la organización suele avanzar de forma irregular con largos periodos de estabilidad (normalmente con un ligero deterioro no siempre apreciable), entrelazados por breves periodos de convulsión. 

Hay un segundo enfoque, el de la mejora continua. La mejora continua está basada en la idea de que todo aspecto relevante en una organización es susceptible de ser mejorado de forma metódica y sistemática. Lo relevante en la empresa es conseguir que la organización en su conjunto se oriente a mejorar continuamente y, en este sentido, lo importante es conseguir un ritmo de mejora adecuado y no la magnitud de las mejoras que se consiguen. Es un concepto más asociado a la cultura oriental y está basado en tres elementos críticos:

1)     Toda la organización debe participar en el proceso y debe adoptarlo como una filosofía propia en el trabajo diario.
2)     El proceso de la mejora continua, no acaba nunca. Una vez se constata que se ha conseguido una mejora, hay que volver a empezar con la localización de nuevas oportunidades de mejora.
3)     Debe existir un método para abordar la mejora continua que asegure que se producirán beneficios consistentes para la organización.

Esta forma de pensamiento, constituye uno de los pilares del “Total Quality Management” y de la filosofía “lean” de gestión que las empresas japonesas pusieron de moda a partir de los 60.

En los últimos tiempos, estamos asistiendo a propuestas de mejoras radicales que pretenden orientar la tendencia al crecimiento desmesurado del gasto público. La razón de haber tenido que llegar aquí es claramente que hemos estado demasiados años sin evolucionar en la línea de la mejora continua. Y deberíamos aprender algo de ello. Si, simplemente aplicamos "la tijera" para hacer mejoras radicales a corto plazo y no cambiamos nada más, volveremos a caer en los mismo errores en el futuro. Además de ello deberíamos apostar por un cambio total de mentalidad, con un nuevo esquema de valores. Si hubiéramos empezado por aquí, en los momentos “de bonanza”, cuando era perfectamente posible, ahora no necesitaríamos tomar medidas drásticas.

jueves, 14 de abril de 2011

¡Hay que apoyar a los que tienen la valentía de poner en marcha los recortes en la administración pública!

Hoy, en la radio, la exconsellera Tura ha dicho que para recortar el presupuesto en sanidad sería suficiente con que se le pidiera a los pacientes que el yogurt de la tarde se lo traigan de casa, en vez de pedirlo en el hospital. También ha dicho que para reducir el 10% del total del presupuesto no es necesario hacerlo en Bienestar social, Educación, y Sanidad (a partir de ahora le voy a llamar BES, para abreviar). Que se puede reducir menos ahí y más en otras partidas. Ha mencionado como ejemplo, ¡Cultura! (seguro que en estos momentos, su amigo Ferran Mascarell le está agradeciendo la sugerencia, je, je).  Para que nos hagamos una idea, y dado que la suma del presupuesto de estas tres áreas principales, BES, es 10 veces el presupuesto de Innovación y Universidades, 17 veces el de Justicia y casi 25 veces el de Cultura, por cada punto que no se reduzca en esas tres partidas, representará la necesidad de reducir 10 puntos adicionales en Innovación y Universidades, 17 en Justicia o 25 en Cultura. O sea que todavía no tengo muy claro si la exconsellera lo que propone es, por ejemplo, reducir los recortes en BES a solo el 5% y a cambio,  reducirlo en un 50% en Innovación y Universidades, un 85% en Justicia o, directamente, cargarse la Conselleria de Cultura. En fin, ¡Vaya nivel! Dado que no pienso que sea un caso de monumental estupidez, tengo que concluir que es demagogia de lo más "barata", lo cual también es lamentable. Poco después, en otro ejercicio de demagogia "barata", Alicia Sanchez Camacho ha dicho que ellos también están contra los recortes porque, dice, que están en contra de "cargarse" el estado del bienestar.  Sinceramente, me parece que la inconciencia de la oposición en Catalunya está llegando a niveles realmente preocupantes. Me gustaría advertir de entrada que no soy miembro de CiU. Nadie que me conozca podrá decir que soy "sospechoso" de "comulgar" con todos sus pronunciamientos, pero creo que todos deberíamos ir con mucho ojo en estos momentos, porque las cosas están mal, ... pero todavía pueden estar mucho peor (y si no me creen, pregúnteselo a los griegos y a los portugueses).

A partir de aquí, creo que es importante empezar por decir tres cosas muy claramente. La primera es que es imposible ajustarse en el presupuesto, sin hacerlo en estas tres partidas. Me parece bien que, además, se ahorren en otras muchas cosas, y es un sano ejercicio ético el hacerlo en todo aquello que sea superfluo pero, no nos engañemos, son el “chocolate del loro”.
La segunda es que no es necesario en absoluto ni recortar ni cargarse el estado del bienestar para reducir el presupuesto un 10%. Basta con aplicar criterios de eficiencia que son ampliamente utilizados en muchas empresas privadas y que, lejos de haber producido una pérdida de calidad o de condiciones de trabajo, lo que han provocado es todo lo contrario. El camino de la eficiencia, si se sabe hacer bien, conduce a la mejora de la calidad del servicio y de las condiciones de trabajo. He dedicado un parte importante de vida profesional a ello y se de lo que hablo.
La tercera es que no hay otra salida que hacerlo y que es pueril pensar que podemos engañar al sistema financiero, “maquillando” los números.
Dicho esto, me gustaría hacer una última reflexión que va un poco más allá. Cuando el actual Presidente de la Generalitat quiso organizar un gobierno con “los mejores” tuvo muchos problemas. ¿Saben porque? Porque la mayoría de ellos (y podría explicar algunos ejemplos muy cercanos) adivinaron  lo que iba a pasar en el momento que intentaran aplicar criterios profesionales de racionalidad en la gestión: toparían con la demagogia y el mal estilo que suele caracterizar a  todos nuestros políticos cuando están en la oposición, especialmente, cuando están en vísperas de elecciones (que, lamentablemente, es casi siempre). La mayor parte de ellos llegaron a la conclusión de que, simplemente, no valía la pena asumir el coste personal que tiene este desgaste. Solo unos pocos estuvieron dispuestos a correr el riesgo y algunos de ellos están precisamente estos días en el ojo del huracán. ¿Es eso lo que queremos de verdad en estos momentos? ¿Queremos cambiar a los pocos “mejores” que tenemos en el gobierno, por otros mucho más mediocres pero más complacientes? Pues vayamos con cuidado, porque si “los mejores” lo dejan y tenemos que confiar la gestión de la crisis a los mediocres, que “Dios nos coja confesados”…

sábado, 9 de abril de 2011

Para los jóvenes: Hay otras formas de emplear las energías, ¡cread vuestras propias empresas!

Leo con atención las noticias relacionadas con los jóvenes que han salido a la calle para protestar por la falta de expectativas. de empleo, de futuro. Esa protesta, muy probablemente, puede extenderse a muchas otras capas de la sociedad. En general todas aquellas personas que están en el paro o con empleos "precarios" Pero me surgen preguntas para las que, sinceramente, no tengo respuesta. ¿Quien es el que tiene la olbigación de generarme buenas expectativas de futuro? ¿Porque tiene que ser otro siempre? Seguimos teniendo la mentalidad de hace 50 años, cuando eran otros los que pensaban por los ciudadanos. Desde entonces, hemos asumido sin problemas todos los "derechos" que se supone que la democracia nos ha "concedido". Pero, ¿y que pasa con los deberes? No queremos pagar impuestos, no queremos hacer esfuerzos, queremos que nos motiven, no queremos tomar riesgos, queremos simplemente que alguien, que no sabemos muy bien quien es, nos genere expectativas positivas y que a cambio, nos pida el mínimo esfuerzo posible. Jóvenes, con la formación y la capacitación que tenéis ¿no veis expectativas? pués ya sabéis, ¡generadlas vosotros!, ¡cread vuestras propias empresas!. Las quejas seguro que no os las van a generar. Muchos de vuestros padres lo hicieron hace años en una situación mucho peor que la actual y con mucha  menos capacitación y formación...

La siguiente "etapa de la crisis" la veremos después de las autonomicas/municipales

Falta algo más de un mes para que podamos ver la siguiente etapa de la crisis. Se producirá la escenificación de esta etapa cuando los nuevos gobiernos de ayuntamientos y comunidades se constituyan y empiecen a "abrir" los cajones. Con honrosas escepciones, les pasará a todos como a la Generalitat de Catalunya. No se han encontrado los cajones vacios, no. Se los han encontrado llenos de compromisos de pago/gasto que no van a poder atender en mucho tiempo. Hay señales inequívocas de todo esto. Cuando te explican tantos casos de políticos actualmente en activo que están buscando trabajo y cuando hay tantos"navajazos" entre políticos del mismo signo de los partidos que gobiernan, es que tienen claro que van a salir. Y también lo que se van a encontrar los que entren...

viernes, 1 de abril de 2011

"Saber es útil, soñar es necesario, imaginar es imprescindible"

Hoy he recibido un e-mail entrañable que, entre otras cosas, me ha traído a la memoria una frase que utilizaba, al inicio de sus programas de televisión, la persona que más he admirado en el mundo, mi padre. La frase en cuestión decía "Saber es útil, soñar es necesario, imaginar es imprescindible" y, sinceramente, creo que en estos momentos es muy importante recordarla e, incluso, convertirla en un icono social.
Me explicaré. Estos últimos tiempos estamos asistiendo a un debate de lo más pobre entre políticos de uno y otro signo y, entre estos y los gestores de lo público. Por un lado, sorprende que los que están mandando solo sean capaces de transmitir que todo está fatal y ... nada más. Coincido totalmente en el diagnóstico, es necesario reducir de forma drástica los gastos de la administración, pero no entiendo que no digan nada más. Que no estén explicando hacia donde quieren ir y que es lo que hay al final de esta "travesía del desierto". Empiezo a sospechar que, simplemente, no lo saben.
Por otro, ofende a la inteligencia la reacción de la mayor parte de la oposición, en algunos casos, como el de Catalunya, cuando han sido ellos los principales responsables del desaguisado actual.
Por último, indigna la respuesta de la mayor parte de los gestores públicos. ¿Qué es eso de que para reducir costes hay que reducir la calidad asistencial? ¿En que mundo viven/han vivido en estos años? ¿Aún no se han enterado que hay empresas, muchas empresas, que han sido capaces de reducir drásticamente sus costes incrementando al mismo tiempo la calidad de su oferta? Hace más de veinte años que me dedico a ayudar a las empresas a mejorar su calidad y sus costes y también más 20 años a enseñar como hacerlo en una de las mejores escuelas de negocio del mundo. Las respuestas que la mayoría de estos gestores públicos han dado a los requerimientos de reducción de costes por parte de los mandatarios políticos, no son de recibo. “Saber es útil e imaginar es imprescindible” y si no saben como y/o no tienen la imaginación suficiente, que dimitan, que se vayan a su casa y dejen paso a otros que si sepan y tengan imaginación.
Soñar es necesario” y, por lo tanto, se equivocan totalmente aquellos que no saben explicar y transmitir una visión sobre cual es el camino de salida. Transmitir que, reduciendo costes allí donde no aportan ningún valor social, es posible reconstruir un nuevo estado del bienestar incluso mejor que el actual, mucho más justo y, sobre todo, más duradero. De hecho no transmitiendo esto, abonan el terreno de los que, faltos de sapiencia e imaginación, argumentan que la única manera de reducir costes es empeorando el servicio y, además, trasladan a la ciudadanía un estado de ánimo absolutamente depresivo, que no ayuda en nada a conseguir su colaboración.