jueves, 15 de diciembre de 2011

Es más sencillo de lo que parece...

Esta mañana me he tomado un cafe en un bar al salir de una reunión. La persona que me ha atendido, una mujer joven, lo ha hecho de manera impecable (señores del Mussol de Diagonal-Via Augusta tienen ustedes una joya detrás de la barra). Todo perfectamente preparado, de forma muy eficiente y rápida y... sobre todo... con una amplia y franca sonrisa en su boca. No creo que fuera nada del otro mundo. Seguramente no es una persona altamente culificada, ni es una modelo de pasarela - aunque con su sonrisa a mi me ha parecido bellísima - y, seguramente también, debe tener sus problemas, como todo el mundo. Pero hoy - es posible que lo haga cada día - se ha levantado ha acudido a su trabajo y ha decidido hacerlo bien, como debe ser. No creo que lo haya hecho esperando nada a cambio. Simplemente, su obligación es servir a los cliente de forma impecable, eficiente y rápida y, como decía, ella ha añadido un plus más con su sonrisa. Ha conseguido que me sientiera bien y, por ello, con toda seguridad, si vuelvo a pasar por allí, vuelveré a entrar a tomarme un café. Soy un profesional del mundo de las operaciones y me fijo mucho en estas cosas. En todo el proceso que ha seguido, "0 desperdicio", 100% valor añadido.
Y, tal como yo lo veo, está es la clave de la cuestión. Guardiola dijo hace poco tiempo que si nos levantábamos temprano, el pais tiraría adelante. Dejadme que vaya un poco más allá. Si todos nosotros decidiéramos seguir estas pautas, es decir, acudir puntualmente a nuestro trabajo, dejando los problemas personales en casa, y ponernos a trabajar intentando hacer las cosas bien a la primera, de forma eficiente y rápida y con una sonrisa en la boca, seríamos imparables y, seguramente también, más felices.

domingo, 27 de noviembre de 2011

¿Tecnócratas vs. democracia? ¡Falso debate! Así no arreglaremos nada...

Se esta extendiendo un cierto debate sobre si es bueno o no que los llamados “tecnócratas” asuman responsabilidades de gobierno. Los que están a favor, argumentan que lo hacen porque creen que los políticos que hasta ahora nos han gobernado no tienen nivel suficiente para hacerlo. Los que están en contra dicen que no tienen legitimidad democrática. Siento decir que, en mi opinión, ambos están equivocados. Una vez más, estamos ante un falso debate que, por supuesto, no nos llevará a ninguna solución útil.

Por un lado creo que ya hay, ha habido siempre, gestores públicos profesionales y buenos administradores. El problema en mi opinión no es ese, sino la existencia de muchos políticos de una catadura moral más que discutible y, sobre todo, el hecho de que el sistema y la sociedad en su conjunto les incentive y les permita engañarnos tan descaradamente como lo suelen hacer. Estoy convencido de que cuando Zapatero, poco antes de las elecciones de 2008, sostenía que no había crisis, ni el mismo se lo creía. Sabía perfectamente que no era verdad. Por tanto, el problema no fue su absoluto analfabetismo en lo económico, sino su catadura moral, que le permitía sostener sus proclamas sin sonrojarse y sin sentir el más mínimo remordimiento. El sistema tampoco ayuda en nada, porque ni obliga a asumir los postulados de las campañas electorales como auténticos compromisos, ni permite un seguimiento eficaz del gobierno de turno para comprobar su gestión, ni obliga a hacer un balance independiente de su desempeño.
Y luego está la sociedad. Estoy convencido de que la mayoría de los votantes en 2008 tenían información y percepción suficiente para pensar que las cosas "tenían muy mala pinta", a pesar de lo cual, decidieron, por mayoría suficiente, “escuchar los cantos de sirena” y elegir de nuevo a Zapatero y su equipo para gobernar. Tenemos que asumir nuestra parte de responsabilidad. La mayor parte de la sociedad prefiere escuchar de los políticos mentiras que le gusten que la dura realidad. “La milonga” que nos contó Zapatero en 2008 no nos la creímos porque estuviera muy bien orquestada, sino porque era lo que queríamos oír. La realidad, nos guste más o menos admitirlo, es que cuando nos cuentan verdades que no nos gustan, lo castigamos en las urnas y es por eso por lo que los políticos nos mienten. En el mejor de los casos y cuando la cosa está muy clara, como acaba de pasar hace unos días, juegan el juego de la ambigüedad porque saben que sino, saldrían perjudicados. Y la cosa no acaba aquí. Desde mi punto de vista, el problema no está solo en como elegimos a quien nos gobierna, sino en como hemos diseñado y organizado el seguimiento posterior de ese gobierno y la forma en la que luego hacemos un balance de su gestión y de los resultados que se obtienen.

Tenemos un montón de leyes y normas que intentan garantizarnos que nuestros gobernantes serán honrados, que “no meterán la mano en la caja”. Sin embargo, son poco eficaces, entre otras razones porque el seguimiento posterior y la intervención de la justicia en caso de que sea necesario los dominan ellos y son tan lentos, que para cuando podemos hacer que asuman sus responsabilidades, ya se han jubilado. Para que nos hagamos una idea, a modo de ejemplo y obtenido de la propia web del Tribunal de Cuentas, a finales de septiembre de 2011 este organismo publicó el “Informe Anual de la Comunidad Autónoma de La Rioja, de los ejercicios 2006 y 2007”. Y este es el último informe publicado sobre una comunidad autónoma en España. Si se detectara algún tipo de anomalía, pasarían entre 10 y 12 años hasta que pudieran delimitarse las responsabilidades. En definitiva, que un político esté formado académica y profesionalmente, no evitará que nos mienta para salir elegido, y que luego actúe con total impunidad, sea por su catadura moral, porque el sistema y la sociedad lo incentivan o por ambas razones.

Y  como decía, si el sistema no tiene mecanismos eficientes de seguimiento, la sociedad aún menos. La mayor parte de las organizaciones sociales que se supone que deberían defender los intereses de los ciudadanos, sindicatos, patronales, organizaciones colegiales, etc. están subsidiadas por los mismos gobernantes a los que deberían controlar, así que difícilmente pueden ejercer su función eficazmente. Pero seamos sinceros, la culpa no es, ni de ellas, ni de sus dirigentes. Si esas entidades no tuvieran subvenciones, todas dejarían de existir, porque los colectivos que deberían financiarlas, ciudadanos al fin y al cabo, no están dispuestos a ello. Tampoco los medios de comunicación salen bien parados. Los privados están también fuertemente subvencionados y, por otro lado, profesionales y ciudadanos hemos asistido impasibles, sin reaccionar, a la constante y creciente manipulación de los medios públicos por parte de nuestros los gobernantes.

Respecto a la legitimidad de los “tecnócratas” para gobernar, sinceramente me parece absurdo cuestionarla. Han llegado ahí con la aprobación de sus respectivos parlamentos y, que yo sepa, nadie ha planteado hasta ahora que cuando llegue el momento, no se celebren las elecciones que los refrendarán o no, si es que se presentan. Los que los critican parece que olvidan que nuestras democracias son parlamentarias y no presidencialistas.

Y mejor que sea así. Repito que creo que el debate es falso. Las cosas no mejorarán ni convocando elecciones o referéndums en busca de “líderes salvadores de la patria”, ni poniendo tecnócratas a gobernar. Lo harán cuando la sociedad en su conjunto asuma sus responsabilidades y se ponga a trabajar para cambiar la situación, recuperando muchos de los valores que hemos abandonado y apostando por una reforma profunda del sistema que regula su funcionamiento.

viernes, 2 de septiembre de 2011

Sigo insistiendo. El mensaje clave es la eficiencia

La "apisonadora" sigue haciendo su trabajo y no lo entiendo. El mensaje de que la reducción en los presupuestos públicos debe llevar aparejada la reducción/eliminación de servicios clave del "estado del bienestar" está totalmente instalado en la sociedad. Tanto que, como país, eso nos hace perder un tiempo precioso en batallas políticas o protestas sociales que no nos llevan a ningún sitio. Sin embargo, el mensaje de la eficiencia, que es la clave está totalmente ausente. Eficiencia que tiene diversas perspectivas: la eficiencia en el uso de los recursos públicos por parte de quien los necesita, la eficiencia en la prestación de estos servicios, por parte de los que tienen que darlo y, por último, la eliminación total del despilfarro que, a pesar de lo que se diga no es en absoluto "el chocolate del loro", ni mucho menos.

Vayamos uno por uno. Hace ya tiempo que en muchos ámbitos del sector privado se han ido configurando productos/servicios basándose en la eficiencia en su uso. Quizás no nos hayamos dado cuenta, pero muchos de ellos, han evolucionado en este sentido. A medida que han incorporado nuevas funcionalidades, otras han ido desapareciendo, porque ya no son necesarias. Piensen, por ejemplo en los ordenadores. Hace algunos años llevaban disquetera, al principio para los floppy disk, luego para los disquetes rígidos y, finalmente, como es lógico desaparecieron siendo sustituidos por los CD/DVD y por los dispositivos USB. Estoy convencido de que veremos la desaparición del lector óptico y seguro que también finalmente de los USB, el día en que todos estemos en la "nube". Bien, pues en muchísimos servicios públicos hemos ido incorporando nuevas funcionalidades y, sin embargo nos hemos olvidado de las antiguas. Pienso por ejemplo, en la dualidad DNI/Pasaporte. Hay muchos países donde el DNI ya no existe. ¿Para que queremos los dos documentos? ¿Alguien se imagina los ahorros que se podrían conseguir dejando de hacer algo tan "inútil"? Esta no es la única idea. Si nos pusiéramos a pensar, saldrían muchas más.
En todo este proceso, en el sector privado, además resulta que las prestaciones de productos y servicios han mejorado mucho, mientras que los costes han bajado sustancialmente. A algunos les va a parecer increíble pero me compré mi primer PC en 1985. Tenía 64 k de RAM, dos disqueteras de floppy, una pantalla de fósforo verde y no tenía disco duro. Me costó 400.000 ptas., es decir, 2.404 € que, para que nos hagamos una idea, podría ser algo así como 40 veces el salario mínimo interprofesional de entonces. Ahora podría comprar uno 1.000 veces más potente - y no es una exageración - por 500 €, por debajo del salario mínimo. ¿Cómo han sido posibles está reducciones de costes? Pues claramente a través de la mejora de la eficiencia en los procesos. En la administración las prestaciones también se han incrementado, pero el precio, en muchos casos, lo ha hecho aún más.
Queda por último, el tema del despilfarro. Siempre se argumenta lo de que es "el chocolate del loro", perfecta excusa para no hacer nada. Pero no es cierto en absoluto. Y no hablo solo de chóferes y comidas lujosas. Hablo de una cantidad ingente de duplicidades entre administraciones, hablo de inversiones absurdas para contentar al electorado o para acabar un presupuesto para que al año siguiente no lo reduzcan, hablo de un montón de personas que no tienen funciones asignadas, que no hacen absolutamente nada, porque ha cambiado el signo político, pero a las que se mantiene por el simple hecho de ser funcionarios. Hablo del absentismo injustificado, hablo de las "bolsas de la compra" que siempre puedes ver a media mañana, al lado de las mesas de muchos funcionarios, que han aprovechado los 20' de desayuno para hacer sus compras dedicando una hora. Hablo de las ingentes cantidades de dinero público que se gastan muchos políticos en autobombo durante las precampañas. Hablo de usuarios que consumen servicios públicos que no necesitan. O que directamente los utilizan para sus propios intereses privados - muchas veces poco confesables - como ocurre a menudo con la justicia. Hablo, en definitiva de una cultura absolutamente instalada a todos los niveles del país, que consiste en no darle valor a las cosas porque no tienen coste, porque no tienen que pagarlas.
Me reafirmo en mi hipótesis de partida. Es posible reducir los presupuestos públicos de manera muy acusada y, además, mejorar el nivel de servicio y las prestaciones sociales.

miércoles, 24 de agosto de 2011

¿Porque nadie habla de mejora de la gestión en la función pública?

Seguimos con el discurso de siempre y, sinceramente, no lo entiendo. Parece que nadie tiene interés en la idea de que hay un amplio margen de ajuste del gasto público, simplemente, mejorando y optimizando los procesos. De hecho, es más que probable que  no hiciera falta "recortar" nada del bienestar de los ciudadanos, si aplicáramos los conocimientos y las técnicas que ya se han aplicado hace tiempo en muchos sectores de la economía privada. Hace 25 años que me dedico a esto. Los conocimientos necesarios y las herramientas a aplicar están más que contrastadas y son las que aplican los países más desarrollados en estos temas, como pueden ser Japón y Alemania, que nos dan cien vueltas en productividad y calidad. Sostengo incluso que aplicando estas técnicas, no solo no empeorarían los servicios públicos, sino que incluso mejorarían. Es relativamente sencillo, laborioso, pero sencillo. Tomar unos pilotos, identificar los procesos clave, definirlos y establecer los indicadores para medirlos, analizar esos procesos en profundidad, identificar oportunidades de mejora, analizar a fondo las causas que las producen, diseñar acciones para corregir esas causas, ponerlas en marcha y medir los resultados. Si son positivos, generalizar esas acciones. Hay empresas, las más eficientes, que hacen de esta sistemática un hábito, incluso casi "una religión". Repito, hoy en día es sencillo abordar procesos de estas características. Entonces, ¿Por qué nadie quiere ponerle el "cascabel al gato"? ¿Es demasiado "poco vistoso" para interesar a los políticos? ¿Es el miedo a la resistencia del funcionariado? Si es así, no creo que sea mayor que la que va a haber con las futuras reducciones de salario en términos reales que van a sufrir (las congelaciones, de facto son reducciones en términos reales) ¿Es que piensan que los resultados no se verán más que en el largo plazo?  Si es así deberíamos convencerles de lo contrario. Las empresas que se ponen a ello, suelen conseguir buenos resultados en plazos razonables ¿Es puro "dogmatismo"?, es decir, "si proviene del sector privado no puede ser bueno" ¿Es, simplemente, incompetencia? Sinceramente, no lo entiendo...a no ser que sea el miedo a que, con tanta "transparencia" como sería necesaria, más de uno quedara en evidencia...

viernes, 29 de julio de 2011

¿Deberíamos ir hacia una "meritocracia"?

El martes estuve en la presentación del libro de Pedro Schwartz. Xavier Sala i Martín introdujo al personaje y el libro y tengo que decir que fue muy interesante. El libro parte del momento en el que Jordi Sevilla le dice a Zapatero, después de una intervención del Presidente en el parlamento, que ha cometido un par de errores pero que no tiene importancia que, “en un par de tardes”, el le explicará todo lo que necesita saber sobre economía. El libro después se extiende en explicar algo que debería ser una evidencia, pero que no lo es. Para tomar decisiones en economía y hacerlo de forma acertada es necesario tener conocimientos profundos en la materia y, dos tardes, son claramente insuficientes. Sala i Martin ilustró el mismo concepto a través de una presentación muy pormenorizada del libro, que demostró que lo había leído con detenimiento; es decir, que hablaba con propiedad y teniendo un conocimiento profundo sobre lo que decía. En libro, además, se describen muchos ejemplos de que en este país en el ámbito político, en los últimos años, ha habido muchas decisiones que han sido tomadas por personas que tenían un “desconocimiento enciclopédico” sobre la materia en cuestión. Y esta es una de las principales razones, no ya de la crisis, sino de lo mal que la estamos gestionando. Me viene ahora a la cabeza una extraordinaria conferencia que Argandoña nos dio en el IESE hace algunos años, en la que sostenía que el creía que la “incompetencia manifiesta” había sido, al menos, tan importante como la falta de ética en el desencadenamiento de la crisis.
En cualquier caso, para una persona que ha dedicado y dedica una parte de su tiempo significativa a estudiar e investigar (sino, no se puede enseñar), es un alivio ver que no es el único que piensa que, uno de los principales problemas de España, es que hay demasiadas personas con demasiada responsabilidad y capacidad de tomar decisiones, a las que les falta mucho conocimiento para poder hacerlo bien. También es un consuelo certificar que hay personas que valoran el esfuerzo que significa eso, estudiar e investigar, y que creen que las personas que lo hacen son las que deben estar al frente de la toma de decisiones en cada campo.
 ¿Quiere decir eso que la solución es una “meritocracia”? No lo se. Seguramente hay politólogos y expertos en la función pública que deben tener más criterio que yo, pero supongo que entre eso y una exigencia mínima en el perfil se podría encontrar un buen enfoque.

sábado, 23 de julio de 2011

Ayudar a los que van bien ... ¡para que vayan mejor!.

Sinceramente creo que todavía estamos lejos de haber hecho un buen análisis sobre las causas que nos han llevado a la situación actual y, por ello, es muy difícil que estemos acertando con las "recetas" para salir de ella.  Y es muy importante, porque el centro de atención debe estar en las causas y no en sus repercusiones. Me parece totalmente lógico que la sociedad en general y los medios de comunicación estén, sobre todo, preocupados por el paro, pero los distintos gobiernos deberían estar ocupados en la creación de riqueza y no en el paro. Si estoy en lo cierto en mi visión de las cosas, en estos momentos en España se están produciendo dos cosas en paralelo.
Por un lado, un ajuste duro, realmente muy duro, en un modelo económico que estaba caduco. En España había un exceso de peso relativo de la economía centrada en actividades de muy poco valor añadido y que solo se mantuvieron gracias a la "hiperinflación" inmobiliaria y del consumo, basada en el crecimiento del endeudamiento, que nos hizo creer que éramos más ricos de lo que éramos. Cualquier negocio, por poco eficiente que fuera, funcionaba bien porque siempre había más demanda. De hecho, las únicas empresas que hicieron "sus deberes" (las menos) fueron las que no podían basarse en el mercado local para competir. Y llegó el parón (tenía que llegar) y toda esa economía debe reajustarse.
Por otro lado, una falta alarmante de proyectos empresariales innovadores, de futuro, con visión global y dimensión suficiente para "tirar" del país hacia adelante.
Es verdad, la consecuencia de todo esto es el paro, tanto por los empleos que se pierden, como por los que no se crean. Pero hay una consideración importante a realizar. No vamos a poder evitar el ajuste de esa economía de poco valor añadido, exceptuando aquellos casos en los que, inversiones importantes en productividad y tecnología nos permitieran hacer un cambio radical de planteamientos. Pero eso, que debería hacerse, provocará más paro y no menos. Que nadie piense que lo que estoy escribiendo es "sinónimo" de que España debe abandonar la industria y centrarse en los servicios y el ocio. Nada más lejos de la realidad. Creo firmemente que los países que tienen mayor capacidad para crecer y desarrollarse en los momentos de "vacas gordas", y que se sostienen mejor en los momentos de "vacas flacas", son los que tienen economías muy  diversificadas. Si creo que durante muchos años hay algunos tipos de industria que tendrán muy difícil sobrevivir en Europa, salvo que se concentren en nichos de mercado de alto valor añadido y con proyección internacional. Y para poder abordar proyectos de esta naturaleza, se necesitan empresas grandes y con capacidad financiera para salir, es decir, algo bastante lejano a lo que la típica empresa española ha venido haciendo desde siempre. Y ahí deberían concentrarse todos los recursos. Hay en España excelentes empresas - que van bien - y que serían muy buenas plataformas para abordar proyectos de este tipo, pero que hoy en día son demasiado pequeñas. Seleccionar un conjunto de estas empresas, con buen producto, buena tecnología y equipos directivos formados y bien orientados y ayudarlas a crecer para alcanzar nivel internacional costaría mucho menos dinero y daría mucho más rendimiento en la creación de empleo que "enterrar" un montón de recursos para "malsostener" empresas que no tienen viabilidad en el futuro o para formar a trabajadores para que sigan sin encontrar empleo. Hace algunos años, desde Cecot se propuso una excelente idea en este sentido a la administración pública ... que, como otras muchas, quedó en "agua de borrajas". El problema es que esto el político, que suele moverse más por las apariencias que por el sentido común, no sabe como explicarlo. ¿Como vamos a ayudar a empresas que ya van bien? Pues sí, seguramente eso es lo que le iría mejor al país.

domingo, 19 de junio de 2011

Lo más indignante, es ver ahora la indignación de los políticos con los indignados...

Esto era la"crónica de una muerte anunciada". Sinceramente creo que hemos estado todos errando en el análisis de lo que ha sucedido en las últimas semanas. Desde el principio, la mayor parte de los que han opinado sobre el movimiento de los indignados se ha centrado en intentar identificar un nuevo mensaje, "una nueva luz" que nos trasmitiera algun halo de eseranza respecto al futuro. Mi conclusión es que eso, ni se ha producido ni.... se producirá nunca. Dudo mucho que haya un nuevo mensaje que idear y promover sobre como deben hacerse las cosas en el futuro para mejorar la situación. Desde este punto de vista, creo que "todo está inventado". La declaración de los derechos humanos, las constituciones de los paises democráticos, los programas de la mayoría de los partidos políticos, y así podríamos seguir hasta el infinito,  están llenos de mensajes bienintencionados,  de mensajes que nadie discutiría, todos ellos diseñados y emtitidos por personas relevantes, seguramente con un alto nivel de preparación y después de un importante esfuerzo de reflexión. Así que esperar del movimiento de los indignados un mensaje distinto, un mensaje nuevo de esperanza, con un mínimo de "cara y ojos", es sencillamente una quimera, solo alimentada por la necesidad de muchos de encontrar luz donde hoy solo ven oscuridad. Es decir, que en mi opinión, el movimiento de los indignados, ha sido más una ilusión que hemos querido ver, que una realidad. Y no opino eso solo desde que pasó lo del Parlament. Para mi, fue simplemente una confirmación de expectativas. Y no me sirve que me digan que al principio era una cosa y luego se fue deteriorando. A mi no me parece que ocupar el espacio público, vulnerando los derechos de los ciudadanos que tienen un comercio o los de los simples "ciudadanos de a pie" que quieren darse un paseo por los lugares más emblemáticos de sus respectivas ciudades, sea una buena forma de empezar. Esa actitud hizo que el mensaje no fuera creible desde el primer momento. No me parece que haya mucha diferencia entre estos "indignados" y los típicos políticos que prometen luchar "justicia social" en las campañas, mientras no paran de autoasignarse privilegios. Si de verdad quieren que el mensaje sea creible, si de verdad quieren que creamos que buscan una democracia más real, deberían ser los primeros en dar ejemplo con su actitud.
Por cierto, la última parte de este post va hacia los políticos, especialmente, hacia aquellos que alabaron al inicio el movimiento y, desde hace una semana, lo critican por lo que paso en el Parlament. Su actitud me parece la más repugnante de todas. Mientras no les afectó directamente, había que ser respetuosos con el movimiento. Daba igual, como ya he comentado, que se pisotearan durante más de un mes los derechos de comerciantes y paseantes. Total, son solo eso, "simples ciudadanos". Ah! pero ahora lo han vivido en sus "propias carnes" y claro, ya no es lo mismo. Una vez más, una muestra de que el político cree que tiene más derechos  que los simples ciudadanos. Ahora se justifica todo lo que hace unos días era injustificable, más Mossos, más contundencia y mano dura, etc...Lo dicho, repugnante.

sábado, 11 de junio de 2011

Aprendiendo de la experiencia

Hoy he cerrado los dos cursos del Executive MBA de IE Business School. En conjunto una excelente experiencia académica, profesional y humana. Una vez más, he podido constatar que hay un muy buen nivel general entre los alumnos. Son buenos profesionales, personas todas ellas inteligentes y competentes. Me llevo una muy buena impresión del trabajo realizado por los alumnos, lo que me ha permtido aprender muchas cosas. Obviamente, espero que a ellos también ;).
Ha sido también una oportunidad para comprobar que, además de las materias que enseñamos - importantes todas ellas - el desarrollo de habilidades para la gestión es también crítico. El trabajo en equipo, el liderazgo, las habilidades sociales se han puesto especialmente a prueba y deben enseñarnos muchas cosas.
Por último, la experiencia también ha sido humanamente muy enriquecedora. Finalmente, lo más importante que podemos aprender es que, un conjunto de personas con tanto talento, capacidad y valores, deben ser capaces de conseguir que, finalmente, la experiencia de haber pasado por un programa como este sea positiva para todos, para el 100%.  Espero que sea así.

En conjunto, como siempre, un lujo tener la oportunidad de enseñar en una escuela como IE Business School

martes, 24 de mayo de 2011

Si no queremos depender de "los terribles mercados financieros", es fácil ... no nos endeudemos!

Arrecian las críticas a los "terribles mercados financieros", perfectas excusas, perfectos "demonios" a los que echar la culpa de todos nuestros males. La última "perla" que he escuchado, de una persona dogmática donde las haya, que se las da de "profunda", opina sobre todo y no tiene ni idea de casi nada, es que "no debemos permitir que sean los mercados los que nos impongan el calendario electoral". ¡Y es que son unos descarados estos mercados! ¡pretender que nosotros cumplamos con nuestros compromisos de pago!  Y encima, ¡se atreven a decirnos que no nos van a dejar más dinero, o que si lo hacen quieren que les paguemos los intereses más caros! ¡Claro que no! ¡La sociedad española tiene que plantarse ya! ¡Hay que exigirles que nos dejen el dinero que queramos y en las condiciones que nosotros impongamos!... Como si realmente pudiéramos hacer algo para evitar que, quien tiene el dinero, decida a quien quiere prestárselo y a quien no, en que condiciones quiere hacerlo y que reclame lo que nosotros nos hemos comprometido a devolverle, cuando los compromisos vencen, que debería ser lo más normal del mundo. Sino queremos depender de los mercados financieros es fácil, reduzcamos nuestro endeudamiento y cumplamos nuestros compromisos de pago y no tendrán ninguna capacidad para condicionarnos. Cuando intentas utilizar estos argumentos, siempre salen los que no tienen ni idea, y te hablan de que el nivel de endeudamiento del país no es tan alto, porque solo es algo superior al 60% del PIB, cuando en otros países es mucho más alto. Como si eso quisiera decir algo. En mi opinión habría que ir cambiando ya esos indicadores tan obsoletos. El nivel de endeudamiento que puede asumir un país no depende de su PIB, como se ha podido comprobar, sino de su capacidad de asumir el pago de los intereses y el retorno del principal, cuando hay que reducirlo. No todas las economías son igual de productivas, así que comparar niveles de endeudamiento respecto al PIB no sirve de nada... Por cierto, para los amantes de la "demonización" de los mercados, ¿alguna vez han reflexionado un poco sobre quienes son esos mercados? ¿De verdad alguien se cree que son cuatro financieros hiperricos y profundamente malvados? Pues no, los dueños del dinero son los pensionistas y, en general, los ahorradores de todo el planeta, que tienen todo el derecho del mundo a exigir su dinero y las rentabilidades que les han prometido. Es verdad que son otros los que los gestionan, y estoy con los que reclaman más transparencia y más ética en esa gestión. Pero no nos equivoquemos, esa transparencia y esa ética no impedirían que tuviéramos que devolver lo que nos han dejado... cuando toca y con los intereses correspondientes...

Es desesperante, siguen sin "enterarse de la película"...

Lo peor de estas elecciones no es la total falta de autocrítica de los que han perdido, sino que los que han ganado, creen que ha sido por sus "bondades" y no por la falta de credibilidad de sus oponentes. Los argumentos de PSC y PSOE  especialmente, son sinceramente ridículos. Que si el electorado ha hecho un giro a la derecha, que han perdido precisamente por querer hacer políticas de derechas,... en fiin una sarta de tonterías para no reconcer su falta absoluta de sinceridad y de reconocimiento en los planteamientos - ¿aún siguen "alucinando en colores" con los brotes verdes? - y la falta total de liderazgo y propuestas concretas para salir de la crisis.
Por el otro lado, casi lo mismo ¿De verdad alguien se cree que le han votado por lo bien que ha planteado sus alternativas? Desde luego, espero que, una vez acabadas las elecciones, los que deben hacerlo, empiecen a plantear las cosas de verdad como son, empiecen a hacer la pedagogía necesaria  y a actuar, sobre todo, "tomando el toro por los cuernos" y predicando con el ejemplo. A lo peor, a algunos se les ocurre que es mejor no hacer nada hasta las próximas elecciones, para no desgastarse...

sábado, 30 de abril de 2011

Lo de los últimos días puede calificarse, sin duda, como el “espectáculo más bochornoso del año”

Definitivamente, ayer fue  un buen día para mi. De esos que, un poco, “me reconcilian de nuevo con la raza humana”. Por la mañana tuve la oportunidad de compartir una larga y enriquecedora conversación con Raul y Enrique de MRW logística y ex alumnos del IE. Hablamos largo y tendido sobre logística y venta por Internet. Sobre B2C, vaya. Fue enriquecedora para el intelecto y también para el espíritu. Además de constatar que el IE ha entrado claramente en un círculo virtuoso - que consiste en hacer las cosas de forma excelente, con ello atraer alumnos brillantes y esforzados y, de esta forma, enriquecer aún más su nivel de enseñanza y “sacar al mercado” profesionales aún mejores – fue esperanzador ver que, en las circunstancias actuales, hay profesionales y empresas que están innovando constantemente, creando riqueza a espuertas para sus accionistas y pensando en crecer aun más de lo que lo están haciendo, con proyectos internacionales. Un consuelo en los tiempos que corren.

Al tuve una “deliciosa” comida con dos amigos, Jose Ignacio y Teresa, que lo son desde la época del MBA85 del IESE. Fue una comida de esas en las que “arreglamos un poco el mundo” y, además, nos dio tiempo a hablar de posibles proyectos conjuntos de futuro, todo ello, con dos personas que se caracterizan entre otras cosas, por tener la cabeza muy bien amueblada y compartir un esquema de valores, de esos que cada vez se encuentran menos.

Por la tarde, “doble sesión de adrenalina” en las clases S1 y S2 del Executive MBA del IE. Son sesiones de esas que te “oxigenan las neuronas”, donde debates puntos de vista distintos sobre un determinado caso con una cuarentena de alumnos, todos ellos directivos competentes en sus respectivas empresas.

Por la noche, agradabilísima cena – tertulia con un reducido grupo de esos alumnos, hablando un poco de todo pero, sobre todo, de educación y de valores, al tiempo que degustábamos una muy buena cena de tapeo en Jose Luis

En conjunto, más de 19 horas – me había levantado a las seis de la mañana y llegué, cansado, a mi habitación del hotel pasada la una de la madrugada – en las que pude disfrutar de cosas interesantes, enriquecedoras y positivas.

Quizás si alguien lee esto, se pregunte porque destaco un día como este… Pues bien tengo que decir que el día no empezó del todo bien. Me desperté con la noticia de que en el mes de marzo el paro ha vuelto a subir batiendo records. Un muestra más, y ya son muchas, de que nuestro país va a la deriva, víctima de los políticos mentirosos e incompetentes que nos han gobernado en los últimos años y en muchos casos aún nos gobiernan. Víctima también, por que no decirlo,  de una sociedad anestesiada y descolocada que, en conjunto, aun no es consciente del lío en el que estamos metidos y, por lo tanto, no sabe muy bien que hacer para reaccionar.

Venía ya de unos días, para mi, muy decepcionantes. Me perdonarán los amigos y conocidos, fans de uno y otro equipo pero, si algún calificativo merece lo que he tenido la oportunidad de “contemplar” desde el miércoles a partir de las es el de “espectáculo más bochornoso del año”. Fue un pésimo partido de fútbol adornado eso si, con algunas pocas gotas de virtuosismo. Pero, por encima de eso fue, sobre todo, un auténtico “ejemplo” de vulgaridad, violencia e incitación a la violencia, mala educación, intento de engaño, cobardía y mezquindad. Todo ello “perpetrado” por los que se supone que debían demostrar que son los mejores del mundo y, eso seguro, cobran como si lo fueran. Vi el partido con mi hijo de 12 años al lado y sinceramente, como adulto, cerré el televisor totalmente avergonzado. Lo que paso después, esa misma noche y durante todo el jueves, reconozco que aún me deprimió más. Fue aún más lamentable. Los mismos protagonistas - por supuesto no esperaba más de ellos – y un montón de gente más, a la que tengo por inteligente y éticamente respetable, intentando justificar lo injustificable en medios de comunicación, en tertulias de todo tipo y en las redes sociales, la mayor parte de las veces con argumentos que ofenden a cualquiera que tenga la más mínima sensibilidad y dos neuronas en el cerebro, cuando no manipulando la información, para intentar demostrar que tenían razón.

Afortunadamente como digo, ayer las cosas fueron mejor…

martes, 26 de abril de 2011

Mejora radical y mejora continua

En el mundo de las organizaciones, hay dos grandes enfoques del concepto de mejora. El primero y el más asociado a la cultura occidental - latina es el que podríamos denominar como mejora disruptiva. La mejora disruptiva es aquella cuyo resultado es un cambio total en alguna de las características de la organización, de sus productos o servicios, de sus procesos o de su estructura organizativa y que suele tener un impacto económico muy importante. Está muy asociada al concepto del “héroe” que con una aportación, muchas veces proveniente de la inspiración y del esfuerzo personal, y contra el criterio de la mayoría, que fuerza un giro de 180º en una dirección determinada. Es cierto que en algunas organizaciones, fruto seguramente de no haber trabajado anteriormente el concepto de la mejora continua, existen fuertes barreras al cambio que bloquean su progreso. Suelen ser organizaciones excesivamente jerarquizadas, con productos o servicios muy maduros, sistemas de información obsoletos y procesos excesivamente rígidos que impiden cualquier evolución. En estos casos, vencer estas barreras, implica necesariamente cambios profundos y radicales que zarandeen la organización y la hagan moverse en uno u otro sentido. Cuando el estilo de mejora es este, la organización suele avanzar de forma irregular con largos periodos de estabilidad (normalmente con un ligero deterioro no siempre apreciable), entrelazados por breves periodos de convulsión. 

Hay un segundo enfoque, el de la mejora continua. La mejora continua está basada en la idea de que todo aspecto relevante en una organización es susceptible de ser mejorado de forma metódica y sistemática. Lo relevante en la empresa es conseguir que la organización en su conjunto se oriente a mejorar continuamente y, en este sentido, lo importante es conseguir un ritmo de mejora adecuado y no la magnitud de las mejoras que se consiguen. Es un concepto más asociado a la cultura oriental y está basado en tres elementos críticos:

1)     Toda la organización debe participar en el proceso y debe adoptarlo como una filosofía propia en el trabajo diario.
2)     El proceso de la mejora continua, no acaba nunca. Una vez se constata que se ha conseguido una mejora, hay que volver a empezar con la localización de nuevas oportunidades de mejora.
3)     Debe existir un método para abordar la mejora continua que asegure que se producirán beneficios consistentes para la organización.

Esta forma de pensamiento, constituye uno de los pilares del “Total Quality Management” y de la filosofía “lean” de gestión que las empresas japonesas pusieron de moda a partir de los 60.

En los últimos tiempos, estamos asistiendo a propuestas de mejoras radicales que pretenden orientar la tendencia al crecimiento desmesurado del gasto público. La razón de haber tenido que llegar aquí es claramente que hemos estado demasiados años sin evolucionar en la línea de la mejora continua. Y deberíamos aprender algo de ello. Si, simplemente aplicamos "la tijera" para hacer mejoras radicales a corto plazo y no cambiamos nada más, volveremos a caer en los mismo errores en el futuro. Además de ello deberíamos apostar por un cambio total de mentalidad, con un nuevo esquema de valores. Si hubiéramos empezado por aquí, en los momentos “de bonanza”, cuando era perfectamente posible, ahora no necesitaríamos tomar medidas drásticas.

jueves, 14 de abril de 2011

¡Hay que apoyar a los que tienen la valentía de poner en marcha los recortes en la administración pública!

Hoy, en la radio, la exconsellera Tura ha dicho que para recortar el presupuesto en sanidad sería suficiente con que se le pidiera a los pacientes que el yogurt de la tarde se lo traigan de casa, en vez de pedirlo en el hospital. También ha dicho que para reducir el 10% del total del presupuesto no es necesario hacerlo en Bienestar social, Educación, y Sanidad (a partir de ahora le voy a llamar BES, para abreviar). Que se puede reducir menos ahí y más en otras partidas. Ha mencionado como ejemplo, ¡Cultura! (seguro que en estos momentos, su amigo Ferran Mascarell le está agradeciendo la sugerencia, je, je).  Para que nos hagamos una idea, y dado que la suma del presupuesto de estas tres áreas principales, BES, es 10 veces el presupuesto de Innovación y Universidades, 17 veces el de Justicia y casi 25 veces el de Cultura, por cada punto que no se reduzca en esas tres partidas, representará la necesidad de reducir 10 puntos adicionales en Innovación y Universidades, 17 en Justicia o 25 en Cultura. O sea que todavía no tengo muy claro si la exconsellera lo que propone es, por ejemplo, reducir los recortes en BES a solo el 5% y a cambio,  reducirlo en un 50% en Innovación y Universidades, un 85% en Justicia o, directamente, cargarse la Conselleria de Cultura. En fin, ¡Vaya nivel! Dado que no pienso que sea un caso de monumental estupidez, tengo que concluir que es demagogia de lo más "barata", lo cual también es lamentable. Poco después, en otro ejercicio de demagogia "barata", Alicia Sanchez Camacho ha dicho que ellos también están contra los recortes porque, dice, que están en contra de "cargarse" el estado del bienestar.  Sinceramente, me parece que la inconciencia de la oposición en Catalunya está llegando a niveles realmente preocupantes. Me gustaría advertir de entrada que no soy miembro de CiU. Nadie que me conozca podrá decir que soy "sospechoso" de "comulgar" con todos sus pronunciamientos, pero creo que todos deberíamos ir con mucho ojo en estos momentos, porque las cosas están mal, ... pero todavía pueden estar mucho peor (y si no me creen, pregúnteselo a los griegos y a los portugueses).

A partir de aquí, creo que es importante empezar por decir tres cosas muy claramente. La primera es que es imposible ajustarse en el presupuesto, sin hacerlo en estas tres partidas. Me parece bien que, además, se ahorren en otras muchas cosas, y es un sano ejercicio ético el hacerlo en todo aquello que sea superfluo pero, no nos engañemos, son el “chocolate del loro”.
La segunda es que no es necesario en absoluto ni recortar ni cargarse el estado del bienestar para reducir el presupuesto un 10%. Basta con aplicar criterios de eficiencia que son ampliamente utilizados en muchas empresas privadas y que, lejos de haber producido una pérdida de calidad o de condiciones de trabajo, lo que han provocado es todo lo contrario. El camino de la eficiencia, si se sabe hacer bien, conduce a la mejora de la calidad del servicio y de las condiciones de trabajo. He dedicado un parte importante de vida profesional a ello y se de lo que hablo.
La tercera es que no hay otra salida que hacerlo y que es pueril pensar que podemos engañar al sistema financiero, “maquillando” los números.
Dicho esto, me gustaría hacer una última reflexión que va un poco más allá. Cuando el actual Presidente de la Generalitat quiso organizar un gobierno con “los mejores” tuvo muchos problemas. ¿Saben porque? Porque la mayoría de ellos (y podría explicar algunos ejemplos muy cercanos) adivinaron  lo que iba a pasar en el momento que intentaran aplicar criterios profesionales de racionalidad en la gestión: toparían con la demagogia y el mal estilo que suele caracterizar a  todos nuestros políticos cuando están en la oposición, especialmente, cuando están en vísperas de elecciones (que, lamentablemente, es casi siempre). La mayor parte de ellos llegaron a la conclusión de que, simplemente, no valía la pena asumir el coste personal que tiene este desgaste. Solo unos pocos estuvieron dispuestos a correr el riesgo y algunos de ellos están precisamente estos días en el ojo del huracán. ¿Es eso lo que queremos de verdad en estos momentos? ¿Queremos cambiar a los pocos “mejores” que tenemos en el gobierno, por otros mucho más mediocres pero más complacientes? Pues vayamos con cuidado, porque si “los mejores” lo dejan y tenemos que confiar la gestión de la crisis a los mediocres, que “Dios nos coja confesados”…

sábado, 9 de abril de 2011

Para los jóvenes: Hay otras formas de emplear las energías, ¡cread vuestras propias empresas!

Leo con atención las noticias relacionadas con los jóvenes que han salido a la calle para protestar por la falta de expectativas. de empleo, de futuro. Esa protesta, muy probablemente, puede extenderse a muchas otras capas de la sociedad. En general todas aquellas personas que están en el paro o con empleos "precarios" Pero me surgen preguntas para las que, sinceramente, no tengo respuesta. ¿Quien es el que tiene la olbigación de generarme buenas expectativas de futuro? ¿Porque tiene que ser otro siempre? Seguimos teniendo la mentalidad de hace 50 años, cuando eran otros los que pensaban por los ciudadanos. Desde entonces, hemos asumido sin problemas todos los "derechos" que se supone que la democracia nos ha "concedido". Pero, ¿y que pasa con los deberes? No queremos pagar impuestos, no queremos hacer esfuerzos, queremos que nos motiven, no queremos tomar riesgos, queremos simplemente que alguien, que no sabemos muy bien quien es, nos genere expectativas positivas y que a cambio, nos pida el mínimo esfuerzo posible. Jóvenes, con la formación y la capacitación que tenéis ¿no veis expectativas? pués ya sabéis, ¡generadlas vosotros!, ¡cread vuestras propias empresas!. Las quejas seguro que no os las van a generar. Muchos de vuestros padres lo hicieron hace años en una situación mucho peor que la actual y con mucha  menos capacitación y formación...

La siguiente "etapa de la crisis" la veremos después de las autonomicas/municipales

Falta algo más de un mes para que podamos ver la siguiente etapa de la crisis. Se producirá la escenificación de esta etapa cuando los nuevos gobiernos de ayuntamientos y comunidades se constituyan y empiecen a "abrir" los cajones. Con honrosas escepciones, les pasará a todos como a la Generalitat de Catalunya. No se han encontrado los cajones vacios, no. Se los han encontrado llenos de compromisos de pago/gasto que no van a poder atender en mucho tiempo. Hay señales inequívocas de todo esto. Cuando te explican tantos casos de políticos actualmente en activo que están buscando trabajo y cuando hay tantos"navajazos" entre políticos del mismo signo de los partidos que gobiernan, es que tienen claro que van a salir. Y también lo que se van a encontrar los que entren...

viernes, 1 de abril de 2011

"Saber es útil, soñar es necesario, imaginar es imprescindible"

Hoy he recibido un e-mail entrañable que, entre otras cosas, me ha traído a la memoria una frase que utilizaba, al inicio de sus programas de televisión, la persona que más he admirado en el mundo, mi padre. La frase en cuestión decía "Saber es útil, soñar es necesario, imaginar es imprescindible" y, sinceramente, creo que en estos momentos es muy importante recordarla e, incluso, convertirla en un icono social.
Me explicaré. Estos últimos tiempos estamos asistiendo a un debate de lo más pobre entre políticos de uno y otro signo y, entre estos y los gestores de lo público. Por un lado, sorprende que los que están mandando solo sean capaces de transmitir que todo está fatal y ... nada más. Coincido totalmente en el diagnóstico, es necesario reducir de forma drástica los gastos de la administración, pero no entiendo que no digan nada más. Que no estén explicando hacia donde quieren ir y que es lo que hay al final de esta "travesía del desierto". Empiezo a sospechar que, simplemente, no lo saben.
Por otro, ofende a la inteligencia la reacción de la mayor parte de la oposición, en algunos casos, como el de Catalunya, cuando han sido ellos los principales responsables del desaguisado actual.
Por último, indigna la respuesta de la mayor parte de los gestores públicos. ¿Qué es eso de que para reducir costes hay que reducir la calidad asistencial? ¿En que mundo viven/han vivido en estos años? ¿Aún no se han enterado que hay empresas, muchas empresas, que han sido capaces de reducir drásticamente sus costes incrementando al mismo tiempo la calidad de su oferta? Hace más de veinte años que me dedico a ayudar a las empresas a mejorar su calidad y sus costes y también más 20 años a enseñar como hacerlo en una de las mejores escuelas de negocio del mundo. Las respuestas que la mayoría de estos gestores públicos han dado a los requerimientos de reducción de costes por parte de los mandatarios políticos, no son de recibo. “Saber es útil e imaginar es imprescindible” y si no saben como y/o no tienen la imaginación suficiente, que dimitan, que se vayan a su casa y dejen paso a otros que si sepan y tengan imaginación.
Soñar es necesario” y, por lo tanto, se equivocan totalmente aquellos que no saben explicar y transmitir una visión sobre cual es el camino de salida. Transmitir que, reduciendo costes allí donde no aportan ningún valor social, es posible reconstruir un nuevo estado del bienestar incluso mejor que el actual, mucho más justo y, sobre todo, más duradero. De hecho no transmitiendo esto, abonan el terreno de los que, faltos de sapiencia e imaginación, argumentan que la única manera de reducir costes es empeorando el servicio y, además, trasladan a la ciudadanía un estado de ánimo absolutamente depresivo, que no ayuda en nada a conseguir su colaboración.

sábado, 12 de marzo de 2011

Pedagogía, ¡más pedagogía!

A  veces tiendo a sentir cierta desesperación. Leo declaraciones como las de Cándido Méndez que dice que no podemos ligar salarios a la productividad porque cuando España crece, la productividad baja. Y lo peor es que todavía nadie le ha contestado. ¿Alguien ha pensado que eso debe ser que, como los tenemos ligados a la inflación y además en los convenios los salarios siempre suben por encima de la inflación, por eso cuando crecemos la inflación sube y baja la competitividad de nuestras empresas?
Luego veo la posición del comité de empresa de AENA y del gobierno - ¡absolutamente inconscientes! - sonriendo porque, dicen, que aunque todavía no puede darse por desconvocada la huelga, las posiciones se han acercado. ¿Cuando piensan dar la "buena nueva" de que se ha desconvocado la huelga? ¿Esperaran a que la mayor parte de los turistas hayan anulado sus vacaciones de semana santa o a que los tour operadores internacionales hayan encontrado otras opciones para el verano?
Estos y otros muchos ejemplos me hacen pensar que todavía hace falta mucha pedagogía en nuestro país. Demuestran con toda claridad que aún no somos verdaderamente conscientes de que es lo que ha pasado, de cual es la situación en la que nos encontramos y de cuales son  nuestras perspectivas de futuro. Seguramente, los únicos verdaderamente conscientes son los que han sufrido las consecuencias de esta crisis "en sus propias carnes", parados y pequeños empresarios y autónomos totalmente arruinados (se habla demasiado poco de estos últimos). En UGT y en AENA está claro que no.
Y cuando hablo de pedagogía no hablo solo de contar las cosas como son. La mejor pedagogía no es la que hace explicando las cosas, sino la que resulta de ver los comportamientos de los que se supone que deben liderar el futuro de nuestro país. Y no me refiero solo a los políticos.

sábado, 26 de febrero de 2011

¿De verdad tenemos que soportar, tanta incompetencia?

¿Alguno de los que nos gobierna de verdad ha pensado un poco? Realmente estoy sorprendido. Soy una persona que utiliza bastante el coche. Mis obligaciones profesionales me obligan con frecuencia a desplazarme y el transporte público no me lo puede solucionar, porque suelo desplazarme a polígonos industriales alejados de sus rutas. Reflexiono sobre el tiempo que estoy en el coche, intento hacer un cálculo aproximado de cuanto paso en el coche a una velocidad superior a 110 km/hora y es realmente un porcentaje muy pequeño. A pesar de hacer bastante autopista, no más de 10%. Mi coche me da una idea de mi velocidad media  y es inferior a 30 km/h, lo cual demuestra claramente que no me lo estoy inventando. Pero además, intento pensar en lo que ocurre cuando voy entre 110 y 120 y me doy cuenta que, cuando eso ocurre, voy prácticamente solo. Es decir, es un % mínimo de tiempo y afecta a un % mínimo de vehículos. Sin embargo si pienso en cuanto tiempo estoy a menos de 30 km/h, incluso parado,  tengo claro que representa la mayor parte de mi tiempo,  más del 60%. Y, en esos momentos, ¡estoy rodeado de coches por todas partes! Es decir la mayor parte de mi tiempo y que afecta a la mayor parte de los vehículos. ¿quien ha hecho ese cálculo de la cantidad de millones de euros que nos vamos a ahorrar con esa medida? Bueno en realidad debería decir ¿quien se lo ha inventado? ¿De verdad alguien cree que los ciudadanos somos tontos?

jueves, 17 de febrero de 2011

Deberíamos empezar a darnos cuenta del lío en el que nos hemos metido…

Los sindicatos de docentes USTEC-STEs, CCOO y FETE-UGT de Catalunya han denunciado hoy que el departamento de Ensenyament que dirige Irene Rigau ha enviado cartas a los directores de instituto anunciándoles recortes de entre el 20% y el 30% de sus presupuestos para gastos corrientes.

Ayer leía está noticia en la Vanguardia y me hacía reflexionar acerca de cual es la mejor forma de afrontar está nueva etapa que estamos viviendo, está mal llamada crisis y que, en mi opinión representa mucho más que eso, representa la necesidad de un cambio  estructural en nuestra sociedad. Un cambio que debe comenzar por redefinir nuestro esquema de valores.

Desde mi punto de vista, ante una noticia como esta caben dos tipos de reacciones. La primera ya la hemos visto. La que han tomado los sindicatos y, al parecer, muchos  de los responsables de los centros. Desde mi punto de vista, es la reacción de los que todavía no han entendido bien en que situación nos encontramos y, por ello, se limitan a “denunciar” y a quejarse por los recortes sin aportar nada, ningún tipo de propuesta de solución. Algunos, lamentablemente, van incluso un poco más allá y, de forma velada eso si, “amenazan” con soliviantar a las familias para presionar a la administración.

Pero hay una segunda reacción posible. La que, ingenuamente por supuesto, a mi me hubiera gustado ver. La que indicaría que hay personas que están empezando a darse cuenta de que las cosas han cambiado. De que la sociedad en su conjunto debe adquirir la conciencia de que aquel no era el camino y un compromiso de cambio. Y, especialmente, deben hacerlo aquellos que administran  los recursos de todos y que, además, van a ser el referente de muchos de nuestros hijos. ¿Y cual podría ser esa segunda reacción? Pues se me ocurren varias iniciativas. He leído que hay quien  se queja de que no van a poder limpiar tanto como lo hacían y que las cosas van a estar más sucias. Estos son los que no han entendido todavía que la mejor manera de conseguir que algo esté limpio, no es limpiarlo mucho, sino hacer todo lo posible para no ensuciarlo. Otros se han quejado de que no van a poder asumir el coste de la energía que consumen. Estos son suelen ser de esos que, mientras en la clase de sociales o de ciencias, se llenan la boca de “sostenibilidad”, todavía no se les ha ocurrido hacer un plan de ahorro de consumo en sus propias instalaciones. Y podría poner muchos más ejemplos. A todos estos que se quejan, yo les diría que empiecen a darse cuenta de que es necesario tomar el “toro por los cuernos”. En vez de "llorar", aprovechen la ocasión para iniciar programas internos de comunicación  en los que responsabilicen  a toda la comunidad escolar, profesores, alumnos y sus familias, para que usen los recursos públicos con respeto y responsabilidad. Para que eviten ensuciar las paredes, los suelos y las mesas y las sillas de los institutos y así se gastará menos agua y menos tiempo en limpiar o tener que repintar. Que sean mucho más respetuosos con todos los bienes de la escuela y así se gastará menos en mantenimiento. Que organicen concursos de ideas para reducir el consumo de energía, agua, papel o cualquier otro suministro o fungible. Que se organicen e impulsen proyectos entre todos para aprovechar uniformes, libros y demás material de unos cursos a otros. Con ello, conseguirán que los recortes de presupuesto puedan ser asumidos y otras cosas mucho más importantes, como pueden ser el transmitir de la mejor forma posible, con su propia actitud, a alumnos y familias valores muy importantes como el respeto y el ahorro y, de paso, se ganarán el respeto que tanto reclaman.

viernes, 11 de febrero de 2011

Cuando la diferenciación está en la capacidad de gestión...

Empecé la semana muy bien y la he acabado mejor. Jueves y viernes he participado en unas jornadas con un grupo de directivos de una empresa familiar catalana. ¡Una gozada! Empresa familiar de tamaño mediano que compite en un mercado hipermaduro. Dicho así, podría parecer otra cosa. ¿De que creéis que hemos estado hablando? ¿De la crisis?, ¿de problemas financieros? ¿De reestructuración?. Pues no, todo lo contrario. La empresa ha doblado su tamaño en los últimos cinco años y ha crecido más de un 25% en los últimos dos (en plena crisis) cuando el mercado se ha reducido un 7%. ¿La clave? Creo que el resumen de lo que hemos hecho estos dos últimos días da en buena parte las respuestas. Impulsado desde el Consejo de Administración y liderado por el Director General, el jueves estuvimos compartiendo la definición y concreción de su plan estratégico con ¡15 directivos! de primer y segundo nivel. El plan es aprovechar las oportunidades para seguir creciendo, mejorando la rentabilidad y reduciendo el riesgo.El equipo está formado por profesionales no familiares, con una edad media de menos de cuarenta años, que combinan experiencia, formación/conocimiento, ilusión a raudales e implicación. Pocas empresas conozco que impliquen a tantos profesionales en “estas labores”. Pero claro, cuando viene la implantación, un plan tan participativo siempre es más “rico” en ideas y realista, en la medida en la que más profesionales se han implicado en su definición. Luego está la motivación para llevarlo a cabo. Sobran las palabras ¿no?
Y esa es la clave, su diferenciación no está en la gama de productos, ni en la estrategia de precios, ni en la innovación. Su diferenciación está en haber creado un equipo y un estilo que les permite desarrollar una óptima capacidad de gestión de la gama, de la innovación, de la calidad, o de lo que sea. Y eso es diferenciación de verdad, porque es muy difícil de copiar. En fin, un orgullo formar parte de este equipo.

martes, 8 de febrero de 2011

Practicar con el ejemplo

En el AVE a Barcelona, reflexionando sobre el trabajo realizado en los últimos días. Vengo de una excelente experiencia, en la que ha quedado demostrado que hay enfoques que funcionan de verdad en la práctica. Dos días literalmente "encerrados" para desarrollar un VSM (Value Stream Mapping) de un proceso estratégico con un cliente. Al acabar, valor añadido a raudales. Tres claves para que esté funcionando. La primera, un grupo de directivos con una excelente predisposición para aportar, absolutamente desprovistos de falso orgullo, poniendo encima de la mesa todas sus “supuestas vergüenzas profesionales” y con una gran motivación para aprender y mejorar. Por la posición que ocupan cada uno de ellos, hubieran podido adoptar una actitud mucho más distante y reservada, pero no lo han hecho. Se han mojado hasta el fondo y, sin dudar han puesto encima del tapete todas aquellas cosas que creían que tenían que mejorar. La segunda clave, la excelente conducción realizada por Josep Aguilar de Crealor un “profesional como la copa de un pino” con el que tengo el honor de compartir partenariado en este proyecto. La tercera clave, sin duda, el enfoque. Esfuerzo intenso y continuado, sobre un objetivo concreto y con una metodología muy estudiada y definida.

Para una persona que como yo, con vocación pragmático-docente, le gusta comprobar una vez más que lo que enseña realmente sirve para algo. Verlo en funcionamiento y participar en ello es siempre un auténtico placer. Todos los docentes deberían estar obligados a “vivir” por si  mismos aquello que luego tienen que enseñar.

lunes, 31 de enero de 2011

Y tú, ¿que estas haciendo para cambiar la situación?

Esta semana pasada he mantenido dos deliciosas conversaciones, de aquellas de las que uno puede aprender, con dos personas, mujeres ambas. La primera fue en una comida del jueves con la responsable de Recursos Humanos de una gran empresa, una de las profesionales más competentes que conozco. La segunda el sábado, con una pequeña empresaria de aquellas que tiene un sentido común "poco común" (perdonad la redundancia), mientras íbamos a ver el partido de fútbol que jugaban nuestros respectivos hijos. En ambas conversaciones, hablando de entornos algo distintos, surgió la cuestión de la cantidad de gente a nuestro alrededor que hoy en día se siente mal por la situación en la que se encuentra. Los que no tienen empleo, porque no lo encuentran, los que lo tienen, por el mal ambiente, el poco dinero que creen cobrar o lo poco considerados que se sienten. Los que se van a jubilar en los próximos años, por los supuestos recortes sociales que se van a producir en las pensiones, los que reciben subvenciones de los gobiernos, porque les han reducido o eliminado sus partidas, los que … y en fin, un largo etcétera que no acabaríamos nunca. En todos los casos, lo curioso es que la constante es una, nunca uno mismo tiene la responsabilidad de nada de lo que le pasa. El problema es nuestro, pero la responsabilidad y la iniciativa para cambiar la situación, al parecer, siempre dependen de otros o, en el mejor de los  casos, de la suerte. Después, este fin de semana, reflexiono sobre como me han ido las cosas en los últimos tiempos. Si tuviera que resumirlo, seguramente diría que no han sido tiempos fáciles. Supongo que no lo han sido para la mayor parte de las personas en este país pero, en todo caso, tampoco lo han sido para mi. En conjunto diría que he vivido una etapa profesional y personal muy intensa, en la que han sucedido muchas cosas importantes, significativas. Ha sido un año en el que he tenido que tomar y/o formar parte de la toma de bastantes decisiones que podría calificar de difíciles, decisiones que han requerido mucho esfuerzo profesional e implicación emocional por mi parte. Al mismo tiempo, tengo que decir que si tengo que hacer un balance final tiene que ser necesariamente positivo. Con los aciertos y errores que haya podido cometer, tanto a nivel personal como a nivel profesional, a día de hoy estoy definitivamente mejor que hace un año. En todo caso, hay una cosa que puedo decir con toda seguridad, y es yo soy el único responsable de lo que me haya podido pasar. Por supuesto, podría decir que el entorno me ha perjudicado, o que hay personas que no me lo han puesto fácil precisamente, o que no he tenido suerte o que todo está muy mal y con ello justificar todas las cosas que no han sido positivas. Pero sería un análisis totalmente erróneo.  Finalmente, a lo largo de todo un año, a todo el mundo le ocurren cosas negativas y, si quieres verlas, cosas positivas. Hay momentos en los que te parece que la mala suerte te persigue y, si quieres apreciarlos, momentos en los que te tienes que sentir afortunado. Momentos en los que hay personas que se cruzan en tu camino y parece que te impiden avanzar, que incluso van contra ti y otros, si eres capaz de mirar un poco más allá, donde hay un montón de gente interesante y buena de la que puedes aprender y disfrutar. Así que, definitivamente el balance final de cómo me han ido las cosas no puede depender de lo que me es ajeno, sino de cómo yo, libremente, he decidido vivir y abordar todo lo que me ha sucedido, lo bueno, lo regular y lo malo.
Estoy dispuesto a aceptar que en cierta forma soy “un privilegiado” y que tengo más suerte de lo normal, especialmente si atiendo a mi entorno familiar. Pero en cualquier caso, para resolver aquellas cosas que no me gustan o que pienso que podrían ir mejor, la cuestión fundamental es, debe ser, ¿Qué estoy haciendo yo para cambiar la situación? ¿Va a servir de algo, quejarme constantemente de la “mala suerte” que tengo? ¿Va a servir de algo echarle las culpas al gobierno, a la sociedad de consumo y al gran capital, o a mi amante, mi vecino, mi compañero de trabajo o mi jefe?

Al final, en este país parece que aún no hemos entendido que vivimos en una democracia, que nos hemos hecho adultos, que en una sociedad libre, todos somos corresponsables de la situación en la que nos encontramos. Porque al final, ¿quien paga las pensiones? ¿Quién es responsable de crear empleo? ¿Quién ha elegido a los políticos que nos gobiernan? ¿Quién es el responsable de que no haya buen ambiente en el trabajo? ¿Quién es el responsable de que mi vida sentimental no vaya bien? La respuesta siempre es, debe ser,  uno mismo. Si quieres buen ambiente en el trabajo, empieza por saludar sonriente a tus compañeros, todas las mañanas cuando llegues a tu despacho.  Si no hay ofertas de trabajo en tu ámbito de actividad, ¡muévete! empieza desde hoy mismo a mirar que cursos podrías hacer para reorientar tu carrera profesional o, aún mejor, empieza a pensar y a moverte para intentar poner en marcha una nueva iniciativa empresarial. Si no  te gustan los políticos que te representan, piensa bien a quien vas a votar en las próximas elecciones o, aun mejor, plantéate la posibilidad de acercarte al partido que mejor represente tus ideas e involúcrate en su dinámica. Seguro que las cosas no van a cambiar de hoy para mañana, seguro que una sola iniciativa no va a conseguir individualmente un gran efecto. Pero tengo claro que en este país las cosas empezaran a mejorar de verdad, en profundidad, cuando una parte significativa de la ciudadanía entienda que debe dejar de quejarse y ser “espectadora pasiva de sus miserias” y pase a convertirse en "protagonista de su historia".

jueves, 13 de enero de 2011

Educacion excelente

Oí hace unos días por la radio lo que para mi es una afortunadísima reflexión de Xavier Sala i Martín sobre el tema de la educación. En estos últimos años, se ha producido una eclosión impresionante a nivel mundial del deporte español. Más allá de hechos aislados que nada tienen que ver con la excelencia, todo el mundo está de acuerdo con que el éxito del Fútbol Club Barcelona en los últimos años se debe principalmente a haber hecho una extraordinaria selección de niños muy jóvenes con alto potencial y haber creado "la masía", una escuela para formar deportistas de elite. Lo mismo podríamos decir del tenis español y sus principales escuelas, del motociclismo, de las canteras de los equipos de baloncesto, de muchos otros deportistas y el CAR (Centro de Alto Rendimiento) de Sant Cugat y, así podríamos seguir con un largo etcétera. No solo hay coincidencia a la hora de hacer el diagnóstico, sino también la hay en los elogios del modelo. Tanto es así, que sus principales protagonistas están solicitadísimos para dar charlas y conferencias por doquier para explicarlo en multitud de foros, entre ellos y paradójicamente, el de las escuelas. Seleccionar a los mejores, crear escuelas de excelencia y dedicar recursos especializados para enseñar a competir, éticamente y en el buen sentido, genera profesionales excelentes que triunfan en sus disciplinas, lo que provoca un doble efecto positivo, por un lado da prestigio a un país y, por otro, crea un efecto llamada y de arrastre para el resto de los deportistas que encuentran un estímulo para esforzarse en modelos que les son muy cercanos.
Pues bien, una cosa tan bien hecha y que genera tanta unanimidad resulta que, cuando salimos del ámbito del deporte e intentamos plantearlo y aplicarlo en otros ámbitos educativos, genera un rechazo generalizado inmediato. ¿Porqué no plantearnos que podríamos aplicar este modelo, por ejemplo en la ciencia? Estoy totalmente convencido de que si nos diéramos una vuelta por los colegios de este país nos encontraríamos una gran cantidad de alumnos de 10 - 12 años con un talento especial y una gran motivación para las diferentes disciplinas de la ciencia. Si es así puedo asegurarles que, de entrada, llevaran casi con toda seguridad la etiqueta de "friquis" ante la pasividad de sus educadores. De hecho es muy probable que muchos de ellos estén intentando ocultarlo. ¿Y cual es el futuro que les espera? Pues más que probablemente, el de aburrirse como ostras, porque la escuela establece el listón de la educación para conseguir que aprendan los mínimos fundamentos los alumnos más flojos y ahí suele concentrar los máximos esfuerzos ¡total, los que van bien no necesitan ayuda, van solos! y, con el tiempo, acabar hastiados de su afición y totalmente desmotivados, amén de marginados por un sistema y una cultura que los considera “bichos raros”. ¡Cuánto talento desperdiciado! Sin embargo, hablen con la mayor parte de los pedagogos y expertos en educación en este país. Se opondrían totalmente a cualquier cosa que no sea el “igualitarismo”. ¿Diferenciar a los alumnos? ¡Ni hablar! ¿Educar para competir? ¡No! competir es malo por definición. ¿Más recursos para los que muestran más talento y voluntad? ¡Ni pensarlo!, todo lo contrario, más recursos para aquellos que menos talento tienen y menos esfuerzo realizan, hasta llegar a proponer pagar, con recursos públicos, subvenciones a los “ni-ni”. Y disculpen la frivolidad, pero cuanto más se auto etiquetan de “progresistas”, peor.
Deberíamos actuar, ser valientes. El modelo lo conocemos y sabemos que da resultados. Solo es cuestión de tener las ideas claras y dejarse de complejos. España podría ser tan excelente de ciencia o cultura como lo es en deportes, pero para ello hay que actuar y transformar el sistema educativo escolar de arriba abajo.